Llevo unos dias trabajando de monitora de tiempo libre con niños pequeños. Me ha tocado un grupo de nenes de 4 años, absolutas monadas que se empeñan en repetir cada cosa que yo hago. Me ha llamado la atención especialmente uno, lo llamaré N. Este niño tiene un ritmo de desarrollo inferior a los demás. Sin embargo, tiene una sonrisa preciosa, y cada día me sorprende con algo nuevo. Nunca está quieto, parece que intente disfrutar al máximo cada momento, y cada vez que hace algo corre hasta mi para contarmelo con una sonrisa, a su manera.
Me recuerda mucho a alguien a quien quiero con locura.
Me llama también la atención el cariño que le tienen los otros niños, siempre pendientes de que a N no le pase nada: le llevan la mochila, le acompañan al baño, le cogen de la mano...
Sin embargo hay "mayores" que no le hacen el mismo caso. Se quedan simplemente en la idea de que N es diferente.
Para mí ha sido increible descubrir que detrás de esa persona diferente hay un niño muy especial.
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¿Y cómo no voy a comentar este post???
ResponderEliminarSi te das cuenta las diferencias las hacemos los adultos, los demás niños tratan a N con mucha más naturalidad, ven que necesita más ayuda y se la dan, los adultos lo miran y algunos pensarán ¿qué hace este niño diferente aquí? Enseguida caemos en la tentación de juzgarlo todo. El otro día recordabas la felicidad de cuando eras niña, por si te vale, aún conservas esa pizca de niña que te hace aceptar a N tal y como es. Un beso guapa. Inma